La competición es adictiva
Ana Boada, olímpica en Río 2016 en remo
Hace unos días visitamos a nuestra joven embajadora Anna Boada Peiró en las instalaciones del CETDR en Banyoles, donde entrena y reside
Nacida en Barcelona, es una de las promesas del remo español, como lo demostró junto a Aina Cid en las pasadas Olimpiadas de Río, en las que llegaron a la final clasificándose con el 6º puesto en la prueba de dos sin timonel.
“La alta competición vino sola y es adictiva”
Todo empezó a los 12 años, en el puerto de Barcelona. Sus padres tenían un barco y veía cómo los otros niños jugaban y practicaban otro deporte, el remo. Le llamó la atención y junto a su hermana, decidieron probarlo, sin apenas percatarse de ello, se convirtió en toda una remera.
Confiesa que la alta competición vino sola. Al principio le decía a su madre que no quería saber nada de competir ni de regatas, pero cuando empezó y fue viendo cómo escalaba en las clasificaciones de los campeonatos de Catalunya y España empezó a implicarse en la federación. Cuando quiso darse cuenta, ya estaba dentro.
“Es complicado ser estudiante de medicina y a la vez una atleta de alto rendimiento”
Le preguntamos qué siente cuando entrena: explica que hay días que se le hacen muy duros y en los que solo desea volver a la cama porque está muy cansada, pero por lo general, las sensaciones son muy distintas. Se siente bien, fuerte y quiere más para poder llegar en la mejor forma posible a las regatas. Son su aliciente y, sin tener en cuenta los resultados, siempre desea que llegue la siguiente para corregir sus errores y superarse a sí misma. Admite que la competición le es adictiva.
Anna estudia medicina, una de nuestras dudas era saber cómo conseguía compaginarlo con la alta competición. Nos cuenta que es complicado ser estudiante de medicina y a la vez una atleta de alto rendimiento ya que las dos actividades implican mucho tiempo, pero puede compensarlo con mucho trabajo individual. En la universidad, debido a que su plan de estudios es por proyectos, como en el remo, tiene la posibilidad de organizarse a su manera. Porque, si bien hay dos entrenos, el de las seis de la mañana y el de las cinco de la tarde, si no puede llegar a tiempo al segundo por los horarios de clase, puede realizar el entreno cuando llegue, aunque lo haga sola.
Otra razón por la que pude compaginar estudios y deporte, es que las competiciones de remo son a partir de marzo o abril, lo que conlleva que lo más duro llegue en el segundo cuatrimestre.
“Es muy duro estar en la alta competición durante muchos años”
Quiere ser médico, no solo porque le gusta, sino porque cree que vivir de la alta competición es imposible. Tiene muy claro que no puede vivir del remo y que debe estudiar, entre otras razones, porque es muy duro estar en la alta competición durante muchos años y una vez que acaba la alta competición, en el caso del remo, ya no hay otra forma de encontrar financiación.
Tal y como nos comentaba, considera que los estudios son una parte muy importante de su vida cotidiana, le preguntamos cuál era su prioridad: la carrera deportiva o la profesional. Nos respondió que según la época y el año, prioriza el remo ante los estudios, como por ejemplo durante la pasada primavera, debido a la necesidad de clasificarse para los Juegos Olímpicos. Sin embargo, hay momentos como el actual, el año postolímpico, en el que la exigencia deportiva es menor, tiene claro que hay que centrarse también en la carrera, a pesar de seguir entrenando para poder avanzar.
“Para todos fue una gran sorpresa la clasificación para Río 2016”
Nos llamó la atención cómo su entorno vivió la hazaña lograda en Lucerna, Suiza, le otorgaba el billete a Brasil, con lo que la pregunta fue inevitable y Anna, con la naturalidad con la que respondió a todas nuestras preguntas, confesó que para todos fue una gran sorpresa la clasificación para Río 2016, ya que fue en el último momento, y a pesar de que todos sabían que su sueño era el sueño olímpico, lo veían lejos, ya que así lo transmitía ella a los suyos.
“Vivía con el objetivo entre ceja y ceja”
Reconoce que vivía con el objetivo entre ceja y ceja, pero que lo veía complicado hasta que empezó a remar con Aina, fue entonces, cuando visualizó que su sueño estaba más cerca de lo que nunca había imaginado y en apenas tres meses entrenando juntas, lograron el sueño olímpico. Anna y Aina resultaron ser el tándem perfecto.
“Después de saborear la experiencia olímpica y una medalla en la copa del mundo, quiero más”
Quisimos averiguar más, nos resultaba sorprendente que con tan poco tiempo juntas lograran semejante gesta, y cómo lo hicieron, ganando la clasificatoria. Nos explicó que cuando llegó hace tres años a Banyoles, antes había entrenado en su ciudad natal, Barcelona, y luego en Miami, becada por una universidad, empezó como individual. A pesar de confesar que prefiere remar en compañía, ya que sola le resulta complicado, en verano, cuando empezaban las competiciones comenzó con la veterana Nuria Domínguez. Nuria es considerada como la mejor remera española de la historia, no consiguieron los resultados esperados y los técnicos decidieron que probara con Aina.
Al recordar todos estos momentos, notábamos el brillo de su ilusión, la esperanza y la alegría en sus ojos. Quizás la respuesta a la siguiente pregunta era un tanto obvia, pero queríamos escucharla de ella: ¿La motivación es mayor ahora o cuando empezaste en la alta competición? Y fue muy clara: AHORA, ya que después de saborear la experiencia olímpica y una medalla en la copa del mundo, quiere más.
Como es evidente, también le preguntamos cuántos sacrificios ha tenido que hacer para llegar hasta aquí y la respuesta fue sorprendente: considera que no habido sacrificios para llegar adonde está, después de nuestra insistencia, ya que nos sorprendía su afirmación, entre risas, pone como ejemplo que hace unos veranos, en el último momento decidió no realizar un viaje a la India debido a que se le presentó la oportunidad de ir a una competición con la federación y que quizás no puede salir tanto con los amigos, como alguien de su edad, pero que al final no tiene importancia.
“En la práctica de un deporte minoritario, desconocido para la mayoría, la difusión es mínima, tanto si eres hombre como mujer”
Teniendo en cuenta que practica un deporte poco conocido, quisimos saber cuánto había invertido en su carrera deportiva, nos contó que más bien han sido sus padres quienes se han hecho cargo de los gastos para que ella pudiera disponer de los medios necesarios, como pagar cada mes el club de remo, todas las competiciones no federadas y los campeonatos de Catalunya y España, ya que participar en ellos conlleva gastos de manutención y hospedaje.
Quisimos saber sobre sponsors y nos explicó que nunca se ha encontrado con la necesidad de búscalos. Los buscaron después de la clasificación para Río, pero al no haber obtenido resultados aún, solo les daban la oportunidad de ser imagen de la marca sin ningún tipo de remuneración. Le preguntamos también si creía que el hecho de ser mujer le comportaba menos difusión, reconocimiento o financiación que el hecho de practicar un deporte minoritario: no considera que el hecho de ser mujer le implique menos reconocimiento mediático, ya que en la práctica de un deporte minoritario, desconocido para la mayoría, la difusión es mínima, tanto si eres hombre como mujer.
“Quiero estar en Tokio 2020 y no solo en la final”
Por último, queríamos saber cómo se veía en cuatro años, se le escapó una risa tendenciosa y muy legítima a nuestro entender, afirmándonos que quiere estar en Tokio 2020 y no solo en la final, sino que desea poder colgarse una medalla, pero tiene claro que para conseguirlo habrá que estar a un alto nivel, puesto que si los entrenadores consideran que no es la mejor, pueden substituirla por quien ellos crean que está en mejor forma.