¿Cuándo decidiste que querías ser periodista deportiva?

Tuve mis dudas hasta el último momento porque no me decidía si inscribirme en psicología o en periodismo. Era la primera universitaria de la familia y no tenía referencias pero, finalmente, me decidí por el periodismo.

¿Cómo fueron esos inicios en un mundo en el que la mujer no tenía presencia?

No fue fácil y eso que cuando llegué a TVE había allí varias mujeres que también habían querido ser periodistas deportivas: Mari Carmen Izquierdo, Olga Viza, Elena Sánchez, María Escario, María Antonia Martínez y Mari Cruz Esteban. Seguramente en prensa escrita habría alguna más, tanto en Madrid como en Barcelona, pero estábamos en un mundo masculino que nos miraba con recelo, especialmente los más veteranos. Las facultades de periodismo tienen una mayoría de alumnas mujeres, sin embargo, eso no se refleja en el periodismo deportivo.

¿Cómo las animamos?

​Me pasó lo mismo mientras yo hacía la carrera: más mujeres que hombres. La cuestión es que cuando empezamos a trabajar de manera profesional, siempre prevalecen los hombres frente a las mujeres y romper esa tendencia es difícil, larga en el tiempo y costosa en el esfuerzo.

¿Cómo ves el periodismo deportivo actual? ¿Cómo ha sido la evolución?

Ha evolucionado un poco pero no mucho. No puedo decir que estamos en la misma situación que hace 35 años, cuando yo comencé, porque no es cierto. Vemos a más mujeres en las pantallas, pero en papeles secundarios: no hay ninguna mujer que dirija un informativo deportivo, están siempre como apoyo a un equipo formado por hombres y dirigido por hombres. Hemos avanzado, pero queda mucho todavía, sobre todo, que las mujeres lleguen a la escala de dirigente deportiva o ejecutiva.

¿Crees que el hecho de ser mujer ha beneficiado o perjudicado a tu carrera y por qué?

No creo que me haya perjudicado porque hubiera hecho lo mismo si hubiera nacido hombre porque ser periodista es un hecho vocacional. Entraríamos en la fase de especulación, de lo que podría haber sido, pero la realidad es que ser mujer me ha supuesto un esfuerzo doble para llegar a algunas metas que he comprobado que para los hombres han sido más accesibles.

¿Crees que tiene menos visibilidad el deporte femenino? ¿Por qué crees que es?

Es una realidad, las cifras lo indican. El periodismo deportivo y, en general, el tratamiento del periodismo femenino en los medios de comunicación, lleva una generación de retraso con respecto al masculino. La información del deporte en prensa no supera el 9 o 10% de la prensa deportiva, las ilustraciones siempre son masculinas, la información queda relegada a "breves", los titulares siempre son para las competiciones masculinas, en fin, podría pasarme mucho tiempo haciendo notar las diferencias de trato.

¿Cuál crees que puede ser el camino para acabar con esta desigualdad?

Es un esfuerzo personal y empresarial y mientras que no se apueste de una manera decidida por el deporte femenino, éste siempre va a seguir siendo relegado y estará en un segundo plano. Para los empresarios de los medios de comunicación, el deporte femenino "no vende periódicos" y por eso no lo cubren.

¿Cómo reaccionas cuando ves algún titular o contenido que no pone en valor a la mujer deportista sino su cuerpo?

He aprendido a contenerme, pero me pone enferma que se minusvalore, se ridiculice, se ninguneé o se menos precie a la mujer deportista hablando de su cuerpo y no de sus méritos deportivos. Las redes sociales son un pozo sin fondo de ejemplos que vemos todos los días y lo peor es que, para mucha gente, no tiene importancia y lo ven con toda naturalidad.

¿Qué opinas del proyecto Ellas Son de Aquí?

Me pareció fascinante la forma de hilar el mercado de la fruta, especialmente de las manzanas, con el deporte femenino. Proyecto imaginativo, innovador, que aprovecha el rendimiento de las deportistas ayudándolas a conseguir sus metas cuando su potencial económico no es el suficiente. Posiblemente es el empujoncito que necesitaban y que no conseguían y gracias a Nufri y su proyecto Ellas son de Aquí, ha sido lo suficiente para llegar a la meta y no quedarse por el camino.